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Nº 9 – Año 2020                         IDITEC                        ISSN: 2525-1597



























                  Figura 2: Recuento microbiano de las harinas de poroto y garbanzo fermentadas. BAL-SF: Microbiota
                  láctica de masa sin fermentar; BAL-FE: Microbiota láctica de masa fermentada espontáneamente; BAL-
                  FCI: Microbiota láctica de masa fermentada con cultivo iniciador; HL-SF: Microbiota fúngica en masa
                  sin  fermentar;  HL-FE:  Microbiota  fúngica  de  masa  fermentada  espontáneamente;  HL-FCI:  Microbiota
                  fúngica de masa fermentada con cultivo iniciador. Medias con una letra común no son significativamente
                  diferentes (p > 0,05). La comparación se realizó por grupos microbianos, entre tratamientos, y para cada
                  harina por separado.

                         Antes  de  la  fermentación,  el  pH  de  las  masas  fue  de  6,3±0,14  para  la  harina  de  poroto  y  de
                  6,4±0,14  para  la  harina  de  garbanzo,  datos  concordantes  con  otras  masas  formuladas  con  harinas  de
                  legumbres (Curiel y col., 2015). La fermentación espontánea por 24 horas disminuyó escasamente el pH
                  de ambas masas y la microbiota endógena no logró disminuir el pH por debajo de 6. Por el contrario, la
                  inoculación  del  cultivo  iniciador  produjo  un  efecto  similar  en  ambas  harinas  acidificando
                  significativamente  las  masas  hasta  valores  próximos  a  4.  La  fermentación  láctica  de  otras  harinas  de
                  legumbres también resultó en valores de pH que variaron entre 4,35 a 4,70 (Di Pasquale y col., 2020).
                         Con  respecto  a  los  FAN,  los  taninos  e  inhibidores  de  tripsina  son  responsables  de  la  baja
                  biodisponibilidad de las proteínas de las legumbres, por lo que su remoción resulta recomendable. Si bien
                  la fermentación espontánea logró eliminar mínimas concentraciones de inhibidores de tripsina y taninos,
                  la remoción de estos antinutrientes fue significativamente mayor cuando las harinas fueron fermentadas
                  durante  24  h  con  L.  plantarum  y  W.  paramesenteroides.  La  disminución  de  taninos  de  harinas  de
                  legumbres  ha  sido  también  reportada  previamente  para  fermentaciones  con  L.  plantarum  y  Weissella
                  (Pranoto y col., 2013; Coda y col., 2015, Curiel y col., 2015; Sáez y col, 2017) y podría deberse a las
                  actividades enzimáticas tanasa y galatodecarboxilasa que poseen estos microrganismos.
                         Otros estudios han demostrado que la fermentación láctica resulta eficiente para disminuir los
                  FAN presentes en diferentes legumbres (Granito y col., 2002; Curiel y col., 2015; Gobetti y col., 2019; Di
                  Pasquale y col., 2020).  Así, Chandra-Hioe y col., (2016) reportaron que la fermentación de harina de
                  garbanzos  y  de  habas  con  un  cultivo  iniciador  láctico  alóctono  formado  por  S.  thermophilus  y  L
                  delbrueckii resultó en la disminución de 1 y 4,7% del contenido de inhibidores de tripsina. En nuestro
                  estudio, las cepas empleadas fueron capaces de remover más del 50% de inhibidores de tripsina, lo que
                  podría  deberse  al  uso  de  cultivos  autóctonos  altamente  adaptados  a  la  matriz  alimentaria  de  la  cual
                  provienen. Por su parte, Di Pasquale y col (2020) emplearon las cepas  L plantarum MRS1 y L. brevis
                  MRS4  para  fermentar  y  mejorar  las  propiedades  nutricionales  de  harinas  gelatinizadas  de  diferentes
                  legumbres (poroto, arveja, garbanzo y lenteja) observando disminución de ácido fítico, taninos, rafinosa e
                  inhibidores  de  tripsina  como  también  un  aumento  en  la  concentración  de  AA  libres,  digestibilidad
                  proteica y la capacidad secuestrante de radicales libres.
                         Los  polifenoles  presentes  en  los  vegetales  son  los  principales  responsables  de  la  actividad
                  antioxidante  de  estos  alimentos  y  su  consumo  es  altamente  recomendado  para  prevenir  enfermedades
                  crónicas no transmisibles y el deterioro asociado al envejecimiento. Como se observa en la Tabla 1 el
                  contenido de compuestos fenólicos totales fue considerablemente mayor en las masas fermentadas con
                  BAL  que  en  aquellas  no  inoculadas.  La  fermentación  con  L.  plantarum  y  W.  paramesenteroides
                  incrementó la concentración de compuestos fenólicos desde 483±10 a 795±16 mg EAG/100g en la harina
                  de poroto y de 476 ±15 a 997±11 mg EAG/100g en  la  harina de garbanzo. Di Pasquale  y col (2020)
                  también  observaron  un  enriquecimiento  de  fenoles  totales  durante  la  fermentación  de  las  harinas  de


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