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Nº 9 – Año 2020                         IDITEC                        ISSN: 2525-1597


                  2013; Petrachi et al., 2017). Nuestro trabajo es el primero que describe la presencia de biofilms en áreas
                  de la salud pública en nuestra provincia.
                  El  hallazgo  de  biofilms  en  el  laboratorio  de  Biología  Molecular  resulta  interesante  dado  que  sus
                  superficies están sujetas a un exhaustivo proceso de limpieza diaria mediante el empleo de etanol al 70 %,
                  hipoclorito de sodio 0,5 %, descontaminante de superficie DNA AWAY (Molecular BioProducts, Inc.), y
                  detergente neodisher MediClean al 1-2 % (Chemische Fabrik Dr. Weigert, GmbH). Sin embargo se ha
                  visto que las bacterias con capacidad de formar biofilms son sumamente difíciles de eliminar debido a una
                  combinación del efecto mecánico de varias capas sumado a la capacidad de resistencia a los antibióticos
                  (Percival et al., 2010); incluso pueden permanecer viables en las superficies luego del tratamiento con
                  sustancias  antimicrobianas  (Hu  et  al.,  2019).  Esto  podría  explicar  la  obtención  de  microorganismos
                  aislados o en pequeños grupos además de los biofilms.
                  El  desarrollo  de  los  biofilms  es  un  proceso  complejo,  que  se  inicia  con  la  adherencia  de  bacterias
                  planctónicas a una superficie con la consiguiente formación de microcolonias (Donné y Dewilde, 2015).
                  Se produce un incremento en la expresión génica de estructuras de adhesión celular entre ellas pilis que
                  permiten  una  unión  más  fuerte.  Luego  las  bacterias  comienzan  a  proliferar  y  secretar  una  matriz
                  extracelular  compuesta  de  polisacáridos,  ácidos  nucleicos  y  proteínas  (Billings  et  al.,  2015;  Santajit  y
                  Indrawattana, 2016). Nuestras micrografías de  biofilms mediante MEB permiten observar el abundante
                  material extracelular de los mismos dentro del cual se disponen las bacterias. La matriz extracelular crea
                  una barrera de difusión física (Jefferson et al., 2005; Singh et al., 2010), que  encapsula y protege a la
                  comunidad bacteriana frente a la respuesta inmune del hospedador, dificulta o impide la acción antibiótica
                  y otorga alta adherencia del microorganismo a una determinada superficie (Sager et al., 2015).  De esta
                  manera, microorganismos con habilidad para formar biofilms poseen resistencia a antibióticos (Høiby et
                  al.,  2010;  Hall  y  Mah,  2017;  Zheng  et  al.,  2018).  Además  estas  estructuras ofrecen  protección  de  las
                  agresiones  fisicoquímicas,  metales  pesados,  acidez  del  medio,  cambios  de  hidratación  y  salinidad,
                  fagocitosis  y  luz  ultravioleta  (Jayaraman  y  Wood,  2008;  Lebeaux  et  al.,  2008.).  En  el  laboratorio  de
                  Biología Molecular, además de la desinfección de las superficies se emplea luz ultravioleta (UV) a fin de
                  complementar la limpieza del ambiente ya que garantiza la destrucción rápida y eficiente del ADN de los
                  microorganismos mediante un proceso físico. La formación de biofilms en este laboratorio podría estar
                  relacionada con la capacidad de supervivencia bajo estas condiciones. Además mediante la aplicación de
                  MEB  observamos  que  bacterias  que  crecieron  en  medio  líquido  provenientes  de  los  equipos  y  de  las
                  mesadas  de  Biología  Molecular  eran  capaces  de  formar  agregados  entre  ellas.  En  este  tipo  de
                  organización, las bacterias establecieron conexiones entre ellas mediante estructuras filamentosas. Estas
                  asociaciones  podrían  explicar  la  unión  en  estructuras  tridimensionales.  Estructuras  similares  han  sido
                  descriptas  y  caracterizadas  como  nanotubos.  Las  primeras  investigaciones  fueron  llevadas  a  cabo  por
                  Dubey  et  al  2011,  y  posteriormente  se  han  dilucidado  aspectos  inherentes  a  su  arquitectura  y  función
                  (Dubey et al., 2016; Baidya et al., 2018). Observamos que una de las bacterias aisladas de los equipos de
                  BM (EBM1CH) forma estructuras tubulares que se extienden a modo de red entre las células, consiste en
                  estructuras cortas que conectan bacterias cercanas y otras largas que conectan estructuras más alejadas.
                  Además  estas  estructuras  conectan  a  las  bacterias  al  soporte  sobre  el  que  se  realiza  el  estudio.  La
                  arquitectura y organización de estas estructuras permiten sugerir que puedan tratarse de nanotubos.
                  La microscopía electrónica ha permitido establecer la estructura y diversidad de la gran biodiversidad de
                  taxones  en  los  microbiomas  permitiendo  detectar  interacciones  entre  diversos  miembros  de  las
                  comunidades  (Farias  et  al., 2013; Toneatti  et  al., 2017).  La observación  macroscópica de los cultivos,
                  permitió observar que algunas colonias crecían muy próximas a otras. Con el propósito de indagar sobre
                  estas interacciones se analizaron por MEB. Fue posible detectar particularidades en los puntos de contacto
                  caracterizados  por  cambios  en  la  morfología  celular  y  grandes  cantidades  de  matriz  extracelular.  Este
                  incremento de matriz extracelular en los puntos de contacto podría responder a señalizaciones Quorum
                  Senssing  (QS).  Mecanismo  adoptado  por  comunidades  bacterianas  relacionado  con  la  densidad  de
                  población, o por señales simples producidas por bacterias. Es utilizado en comunicaciones célula-célula o
                  en  señales  producidas  por  bacterias  en  distintos  estados  de  crecimiento  lo  que  les  permite  regular  la
                  expresión  génica  independiente  de  la  densidad  celular.  Por  ejemplo  E.  coli  produce  indol  en  la  fase
                  estacionaria de crecimiento que actúa como una señal, capaz de modificar funciones celulares, tales como
                  patogenicidad,  movilidad,  atenuar  adherencia  y  cambios  de  la  expresión  génica  (Jayamaran  y  Wood,
                  2008; LaSarre y Federle, 2013). Muchas de estas señales se generan como respuesta al estrés ambiental
                  incluido el provocado por antibacterianos (Gill et al., 2015). El sistema QS está presente en bacterias de
                  una  misma  especie  o  entre  especies  distintas  y  es  regulado  por  diferentes  señales  químicas  que  son
                  sintetizadas y secretadas por varias bacterias (Jayamaran y Wood, 2008; Que et al., 2013). El desarrollo
                  de biofilms en respuesta a QS es un proceso íntimamente relacionado (Solano et al., 2014). E implica la
                  síntesis de componentes de matriz extracelular (Tolker-Nielsen. 2015). Las interacciones observadas en el




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